Sé que al pasar navidad prometí recetas ligeras, pero ¡es tan complicado mantener esa promesa!¡Si ya casi ha pasado un mes desde el día de reyes! (y no sé a vosotros, pero a mí me parece que haya pasado una eternidad) Y aunque está más que claro que un brownie no es precisamente un postre ligerito he intentado reducir al máximo las calorías. No me voy a creer la falacia (¡qué palabreja tan bonita aprendí en las clases de filosofía del instituto!) de que es un brownie light cuando le he zampado una tableta ¡enterita! de turrón de chocolate (unas 1.700 calorías de nada sólo con el turroncito...) pero algunas calorías sí que he podido arañar al quitar la mantequilla ¡lo que no es poco!
Además no me digáis que no estábais deseando encontrar recetas de "aprovechamiento" porque estoy segura de que no soy la única que tiene un gran cargamento de restos navideños aún en casa a los que es necesario dar salida.
Confesaré que yo tengo un problema. Desde hace unos años preparo muchos de los dulces típicos de esas fechas, pero no puedo evitar sucumbir a la tentación de comprar turrón aunque haga el mío casero. Soy de naturaleza débil y cuando voy al supermercado no puedo evitar que se me vayan los ojos a las ofertas 2x1, 3x2, la segunda unidad al 70% de descuento...
Y entonces las tabletas de turrón me llaman con sus brillantes envoltorios desde las estanterías y me gritan "¡cómprame, cómprame!" y las veo tan tristes allí, con tantas ganas de ser llevadas a casa ¡que al carro van!
Mi marido protesta (todos los años lo hace aunque siempre le doy la misma respuesta) porque no entiende para qué compramos turrón industrial si ya preparo yo casero y me mira con cara de "esta mujer se ha vuelto completamente loca..." cuando le digo que me llevo las tabletas para hacer otras recetas. Entiendo que la gente normal busca recetas para aprovechar lo que queda en casa tras las fiestas y yo voy y compro para almacenar y después hacer recetas. Igual tiene razón y muy normal no es....
Y luego llega la segunda parte de mi "atesoramiento" y es cuando arreo con los restos de las toneladas de turrón que compró mi madre y no se han tocado. En mi defensa diré que siempre me niego a llevarlas a casa, porque bastante tarea tengo con darle salida a las que yo misma he comprado (las que hago siempre vuelan) sin que el culo me crezca un kilo por segundo en los dos meses posteriores a las fiestas navideñas, pero mi madre desarma todos mis argumentos cuando me suelta la frase "es una lástima, porque si no te los llevas tú, se acabarán poniendo malos y tendré que tirarlos a la basura..."
¡Juega sucio! ¡De hecho juega más que sucio! Porque sabe que yo soy incapaz de dejar que ningún alimento se tire a la basura y sabe que así acarreo con todo lo que quiera y le doy uso antes de que se estropee.
Si a todo esto le unimos que tenía un poquito de mi turrón de almendra caramelizado guardado para esta receta y que además os había prometido traer algunos usos "extras" para este turrón ¡esta receta tenía que ser sí o sí!
Y os aseguro que he sido bastante buena y la he aguantado en la "despensa" durante al menos mes y medio, primero porque puse recetas más típicas y segundo porque prometí recetas más ligeritas pero ya no podía aguantarla más guardadita porque quería salir a la luz cuanto antes.
¿Listos para dar salida a estas tabletas de turrón que se aburren en los armarios de la cocina?
Ingredientes:
* Una tableta de 300 gramos de turrón de chocolate con leche. También puede ser de turrón negro o blanco.
* 125 gramos de yogur desnatado (también puede ser natural con azúcar, griego (normal o desnatado), de chocolate, de vainilla.... ¡el yogur que tengáis en casa y os apetezca ponerle!)
* 100 gramos de azúcar moreno
* 2 huevos
* 100 gramos de harina para repostería
* Una cucharadita de bicarbonato sódico
* Trocitos de turrón de almendra caramelizado. También podéis poner de turrón Jijona clásico, de turrón de chocolate, o simplemente trozos de chocolate, o algún fruto seco... ¡lo que tengáis en casa!
Elaboración:
1. En un bol al baño maría derretimos el turrón de chocolate y reservamos. También podéis hacerlo en el microondas en tandas cortas de tiempo y removiendo para evitar que se queme. Yo prefiero al baño maría, tarda un poco más pero es más "seguro" para el chocolate.
2. En otro bol ponemos los huevos, el yogur y el azúcar y mezclamos con las varillas eléctricas hasta que estén esponjosos y ligeramente blanquecinos.
3. Tamizamos la harina y el bicarbonato y vamos mezclando hasta que la mezcla sea homogénea.
4. Añadimos el turrón de chocolate templado, volvemos a integrar y cuando la mezcla sea homogénea de nuevo añadimos la mitad de los trocitos de turrón caramelizado.
5. Untamos los bordes de un molde desmoldable con mantequilla y en la base ponemos un papel sulfurizado porque así será más fácil desmoldar.
6. Vertemos la masa y colocamos por la superficie el resto de trozos de turrón que habíamos reservado. Tranquilidad, que durante el horneado se irán hundiendo ¡no falla!
7. Metemos en el horno precalentado a 180 º C durante unos 20-25 minutos. En todo casi pinchad con un palillo, y si sale ligeramente húmedo podéis apagar. A mí se me fue el tiempo esta vez y quedó menos jugoso, pero os aseguro que queda perfecto si no os vais de tiempo de horneado.
¡Una vez tibio ya podéis disfrutar de él! Si es que podéis esperar...
Este brownie es toda una experiencia porque además de tener el delicioso sabor de vuestro turrón de chocolate favorito, en la masa os encontraréis el arroz inflado del turrón más los trocitos derretidos del turrón de almendra y... ¡no tengo palabras para contarlo! ¡esto sólo se puede entender probándolo! ¿Os animáis a prepararlo? No os lo penséis, que el finde está a la vuelta de la esquina y viene con lluvia, así que es un plan perfecto.
Manos a la masa y ¡bon appètit!